viernes, 14 de agosto de 2009

Escila y Caribdis



Nadie quiere el estandarte
si es lunga la procesión

“En un feca” - Milonga


No se cumplen dos meses del día en que oposición y medios juraba ver en el centro de pantalla, titilando, brillante, esperado:



Kirchnerismo
Game Over




Aquella conferencia de prensa a las 2 de la madrugada se presentaba como la invitación a una fiesta que, excepto por aquellos estruendos y fuegos de artificio iniciales, nunca comenzó.

Después de 45 días, lo único que oposición y medios ha podido constatar, angustia y hasta cierta crispación mediante, es la dilución irreversible de capital político que pareció acumularse con la derrota K del 28J.

Y los motivos por los cuales ninguno de los contendientes opositores ha podido todavía montarse a los estribos de la hipotética victoria electoral de junio residen seguramente en varios factores, para nosotros el más destacable el que dice que el 28 hubo derrota, pero paradójicamente no hubo victoria. O, mejor dicho, hubo castigo. Pero nadie le hace regalo al verdugo. Mucho menos si son circunstanciales.

Por otra parte parece que, como caracterizamos en su momento, el alumno dilecto pareció captar la “lección de las urnas”. Y con una agilidad que ya es proverbial, vuelve a marcar agenda frente y antes que sus adversarios.

Lo cierto es que este, un momento de la agenda que debería estar ocupado por la consolidación de opciones opositoras, de hegemonización del discurso, y por qué no, de materialización de algunas de las propuestas, tiene a la oposición embretada en pujas que ponen en evidencia su heterogeneidad y una dosis no menor de improvisación. Entre otras cosas, porque le tocó bailar con la más fea.

Trasunta un estrecho desfiladero flanqueado por Escila y Caribdis, a derecha e izquierda.

A la derecha? A la derecha rompan todo.

Allí los esperan, vociferantes, los agropatrones sojeros institucionalizados en la Mesa de Enlace. Se consideran a sí mismos los dueños de la victoria del 28J. Y seguramente tienen parte de la razón. Pero no son un partido. No quieren serlo. Optaron por la estrategia de permear a los partidos opositores con cuadros propios. Y por convertirse en referente programático de una estrategia que mete miedo en la clase política, sabedora de que, como clowns de circo, será la que ponga la cara para recibir la crema y el tortazo. Solapado detrás de un reclamo tributario en apariencia discutible, saben que se acecha un violento mecanismo de desfinanciamiento estatal cuyo objetivo central es el ahogo de la capacidad de acción del gobierno y la minimización de su gobernabilidad. Es el escenario ideal para imponer su set de reglas, prolijamente redactadas en el último comunicado de AEA.

Pero la política, antes que todo consciente de su propia supervivencia, sabe que con qué bueyes ara. Los vio operar en 2001, mantiene un recuerdo fresco de 1989 y alguna fotos del 76. Sabe que en ese río revuelto la cosa se pone muy turbia. Que lo primero que cae es la lógica y que gana la incertidumbre. Son políticos y saben transitarla, pero son humanos y la aborrecen. Y también saben que se devalúan todos los esfuerzos y las trayectorias construidas. Los atributos que los llevaron a los lugares en los que están. Saben, por cierto, que dejan de ser elegibles por sus méritos. Y pasan a serlo por el grado de afinidad y los vínculos a esa oligarquía perenne. No es un buen proyecto para quien, como ellos, prefiere confiar en sus dotes y su intuición que no en su agenda y su celular.

Y a la izquierda? A la izquierda la moderación.

El diálogo y el consenso en serio. La discusión, la realpolitik. Que los domestica. Los acerca, inevitablemente, al gobierno. No para cogobernar, ni siquiera para aportar ideas o insípidas modificaciones a los proyectos que empuña la Rosada, sino para vender imagen, para ganar el lugar de la opción seria y lista para encarnarse en gobierno. Y de vender imagen, percepciones, habíamos dicho que se trataba este juego

Pero el gobierno es la mancha venenosa. O venía siéndolo: la pelota no se mancha. Nadie los quiere en la foto. ¿Nadie o el 70%? Bueno, seguramente no los quieren las clases medias urbanas y, está visto, una parte de las clases medias-bajas (en ascenso, sí) conurbanas. Que ahora va a dejar de atiborrarse frente a las pantallas generosas de los bares y las fondas, para ver el clásico del domingo a las 4, por la Televisión Pública, en casa, tomando mates, con los chicos, con la vieja. Y duda. Duda el televidente si votó bien. Y duda el opositor sobre si conviene o no pedir audiencia en la Rosada.

Evidentemente el Kirchnerismo no es el Alfonsinismo y no viaja manso al picadero de la doma o la muerte. Y esto, al opositor, le complica el panorama.

Pero algunos ya han empezado a tomar sus opciones. Algunos encarnan esas opciones de manera inevitable. Son como el alacrán. Aún cuando no los hayan dejado subir al palco plantado en Palermo y rociado con Roundup Ready.

Otros hacen uso del Teorema de Baglini. Se moderan. Creen firmemente que las cartas y los astros están de su lado. Y le marcan la cancha, tímidamente, a los “panzudos patrones”.

Finalmente están los que se confunden con el paisaje. Se camaleonizan. Tratan de desaparecer. Siguen los consejos que vienen del mismo lugar de donde vienen los soja-dólares con los que piensan financiar la campaña. “Desensillar hasta que aclare”. Saben de tiempos y maduraciones políticas.

Y, fundamentalmente, saben que faltan más de dos años. Y que enfrente tienen un perro viejo, herido, pero mañero para estas lides. Un perro que ha demostrado que en su furia, también, sabe morderse la cola. Mucho. Y que tiene la obligación de levantarse cada mañana con una respuesta para cada interrogante. Al que no le alcanza con "tener un plan".

Quizás la mejor estrategia sea esa. Disolverse sin desaparecer. Permanecer sin mostrarse. Hacerle caso al refrán de la milonga que cantaba el viejo Rivero y que encabeza este post.

Quién sabe. Falta tanto. Y falta Odiseo...

1 comentario:

Javier dijo...

Porque deberian esperar el desenlace que tuvo Alfonsin y no el que tuvo Menem que sería mucho mas logico? , con un pais en 1998 - 1999 en una crisis terminal muchisimo peor o tal vez la peor de la histiria on el desenlace de 2001 , que el leve impacto que produjo la caída del muro de wall street que tanto Escila como Caribdis parecen ignorar , y pretender que nunca existio ( me da risa escuchar sentencias noventistas , como que quien va a invertir en el pais si la AFA rompe el monopolio de 18 años , seguridad juridica y sandeces similares quien va a depositar un peso en un banco argentino che? ), ignorar que en 2010 el crecimiento apunta para volver en 2011 a tasas chinas y que el gobierno habrá perdido para las clases medias goriloides, para la opinion publicada que es la llamada opinión publica de la clase media , pero a nivel nacional ni 1987 ni 1997 en 2009 gano a nivel nacional aunque sea a lo pirro frente al radicalismo carriorista