martes, 4 de enero de 2011

Adiós al Cóndor


Vamos a la cordillera y la recorremos. Sabemos que los cerros, los lagos y los bosques tienen nombres que los identifican. Podemos creer que esos nombres nacieron con ellos, que los acompañan desde el pasado. Pero yo conocí un Cóndor hermano que le ponía nombres a lo indescriptible.

En esa foto no se le ven las alas. El era humilde y sabía cómo esconderlas.

Un viento traicionero le arrebató la vida a él, que vivía y volaba mansamente por encima de todos nosotros. Cuidándonos, contándonos la magia desde la altura.

Ahora debe estar volando hacia las estrellas.

Y nos dejo un legado hijo de un incansable trabajo: sus fotos, sus proyectos, su empresa, sus sueños.

Adiós, Cóndor.



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