miércoles, 16 de febrero de 2011

La Mesa de los Argentino III: Juventud


Decíamos acá que la Autoestima es un activo recuperado por este gobierno. Y acá tratábamos de justificarnos.

Le toca el turno a la Juventud. Intentaremos una suerte de demostración por el opuesto.

Para entender por qué la Juventud es un activo central dentro del conjunto de factores reivindicados por el kirchnerismo y elegidos por este blog, basta con preguntarse por qué, de las 30 mil almas que se cargó la última dictadura, una parte mayoritaria estaba compuesta por compatriotas que no superaban los 30, 35 años.

No sólo se los llevaban porque eran de los que tenían la Autoestima más alta. Se los llevaban porque la juventud representa dos valores que merecen, para el establishment, un peligro pasible de merecer aniquilación.

Dos valores que, pareciendo antagónicos, son en realidas dos caras de la misma moneda respecto del horizonte vital del proceso colectivo que hoy vivimos.

- Por un lado la Juventud le impone al proceso que adscribe una suerte de control ideológico blando, a través del cual y de manera difusa, convalida (o se siente indiferente o, en el peor de los casos, confronta) con la praxis gubernamental. Los jóvenes, encolumnados tras el estandarte del idealismo y llevando en la mochila su diámica y su primavera, van haciendo una lectura cercana y persistente del accionar oficial. Colmados de nobleza de ideales cuando tienen 15 (y no mucho más que eso). El lomo más castigado y las neuronas más despiertas cuando arriman a los 30 y ya han sido material de descarte o víctima de algún zorro viejo de la politiquería. Pero en todas las circunstancias reflejando de manera visceral y automática su opinión sobre las decisiones de agenda.

De hecho, cualquier caudillo de pueblo puede discursear desde el atril, recurriendo a expresiones ya deshilachadas como “la juventud es nuestro tesoro” o “los jóvenes son los protagonistas del futuro” para ganar un aplauso fácil desde el sector joven de la concurrencia. Pero bancarse y administrar sabiamente las impaciencias de la sangre joven, compatibilizar adecuadamente las aspiraciones de un pueblo relegado con el capital político acumulado para inaugurar nuevos frentes de pugna en los que se presuman mínimas probabilidades de éxito, es una responsabilidad que no todos asumen con la suficiencia con que lo ha hecho el kirchnerismo. Si hasta el mismísimo General tuvo que, en algún momento, hacer de tripas corazón y forzar el distanciamineto de los "estúpidos imberbes".

- Por el otro la Juventud le aporta al proyecto político el certificado de garantía de continuidad. El obvio trasvasamiento generacional que cualquier líder popular genuino, aquel que está convencido de que el camino elegido es el más favorable, presume que debe legar a las generaciones siguientes.

El kirchnerismo ha sabido llevar adelante este proceso que, como le es genético, realizó involuntaria y desordenadamente. Si lo sabrán jóvenes como Tomás, que mucho antes de los velatorios y las tristes jornadas de noviembre, pedían a gritos un sistema de coordenadas que les permitiera un marco de comprensión para mejor valorar las complejidades de aquellas horas.

Néstor primero y Cristina luego, encararon la tarea con mucho más ética de la ejemplaridad que redes de contención. Y recoge los frutos por estas horas. Solo. Único.

O alguien se imagina un potencial nombre, sólo uno, para un Subsecretario de Políticas Juveniles frente a un hipotético gobierno de Sanz, Cobos o Rodriguez Saa? Qué cae en el otro platillo de la balanza cuando de este lado se agrupan los Abal Medina, los Recaldes, los Moyanitos, los Larroques?

Por qué ninguna fuerza ha podido siquiera arrimarse a la explosión contante y sonante de los Rossi, los Randazzo, los Eliceche, los Capitanich, muchachones que ya no tiernizan al primer hervor pero que lustran todos los días el bastón que cargan en la mochila, con las ganas reprimidas pero intactas tras 30 años de traiciones y vías muertas?

Eso sin mencionar las canteras que se están generando por decenas en forma de agrupaciones y movimientos sociales que pueblan cada rincón de la Argentina. Desde las más vapuleadas por la hegemonía mediática como La Cámpora (rara esa perseverancia en la denostación por parte del poder, no?), pasando por las menos elitistas pero más pobladas como el Movimiento Evita, la Tupac, o esas mínimas pero imprescindibles agrupaciones pueblerinas y barriales, esos insociables que escriben blogs oficialistas o esos grupitos Facebook 678 que se juntan a tomar mate en la plazoleta de un olvidado pueblo en el que eso, precisamente eso, es la militancia.

Esos jóvenes, todos, cada uno, cada día, donde esté, donde están, honran con la desacartonada ceremonia de su acción y de su ética a aquellos 30 mil que nos faltan.



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1 comentario:

MARCELA dijo...

MENCION ESPECIAL A LA BARATURA