sábado, 8 de septiembre de 2012

Concientización, pero posta


Estos días estoy pensando mucho en los procesos políticos que, de una manera felizmente coincidente, tienen lugar en la última década en Sudamérica (me gustaría decir Latinoamérica pero lo único parecido ocurre en Nicaragua, el “patio de atrás” más estricto, y no da para generalizar).

En cuáles son las similitudes y diferencias mas groseras al interior del conjunto.

Por ejemplo Venezuela el país que en estos años ha logrado las mejores variaciones de los indicadores sociales, partiendo del inframundo, eso hay que decirlo (baja de la pobreza, alfabetización, ecualización de la distribución de la riqueza, etc.). Pero lo ha logrado a través de un proceso “ruidoso”, quiero decir que para lograrlo, Chavez sacudió con vigor las estructuras políticas estructurales del país y, al hacerlo, se ha configurado una polarización en la que él, a los ojos de los medios que nos educan con sus verdades irrefutables, es el malo más malo de todos.

Por el otro lado Brasil, que sacó de la pobreza una cantidad de gente igual a la población de Argentina, pero lo ha logrado a través de un proceso “silencioso”. Tanto como para ser usado por las derechas regionales como ejemplo a seguir (ejemplo que el zorrísimo Lula conoce y se encarga de destruir cuando tiene oportunidad).

Digo esto porque lo que me vengo preguntando es la sustentabilidad de estos procesos.

Hasta que me encontré, justo justo, con un reportaje al embajador de Venezuela en Brasil, Maximilien Arvelaiz. Me parece que da en el clavo cuando dice
“…Hay muchas cosas en común y también muchos avances que los medios conservadores, burgueses, no quieren ver. Ahora, si comparamos Venezuela con Brasil, cuál es la diferencia? A pesar de la masificación del consumo em ambos países, en Venezuela hubo una politización y una concientización mayor de las masas. Acá en Brasil eso no ocurrió. Chávez y Lula tienen mucho carisma. Pero Chávez lo aprovechó para politizar a las masas. Comprendió que eso no es retórica...” (acá, en portugués, bancate la pelusa)
Me parece que tiene razón. Que es esencial el proceso de concientización (llamémoslo en Argentina de re-concientización,  en base a nuestra historia política reciente).

Las pruebas? Fácil, Jaurectche? Cuando no sabés que hacer, mirá lo que hace tu enemigo.

Si lo más eficaz que el neoliberalismo ha logrado en estas décadas ha sido la lavandinización de la conciencia política, convirtiendo a potenciales cuadros marxistas en lamentables activistas de Greenpeace que se inmolan por el lobo marino de dos pelos, entonces el activo político más valioso a construir es la concientización política: que el favelero brasileño, el villero argentino o el barriero venezolano sepa qué puerta hay que ir a golpear cuando se termine el asadito.

Que entienda que no hay nada más ineficaz (y patético) que una “plaza de indignados”.


No hay comentarios: